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¿Cuál es tu disparador de gastos?

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¿Eres de esas personas que te encanta darte caprichos? Si contestaste si, esta mas que bien. El problema es que te "des esos caprichos” constantemente porque a tu billetera no le caerá en gracia.

Todo el mundo los tiene: los desencadenantes emocionales que te incitan a gastar. La pregunta es, ¿sabes cuál es el tuyo?

Los expertos en finanzas personales hablan mucho sobre gastar menos y ahorrar más, pero eso no es posible si no comprendes las causas fundamentales de tus gastos. Aquí hay una lista de los nueve desencadenantes de gastos más comunes y costosos:

1. Cuando estas tomado o hambriento.

El alcohol reduce nuestras inhibiciones, lo que significa que unas cuantas copas de vino pueden hacer que sea más probable que derroches en ese nuevo y brillante dispositivo electrónico que has estado mirando, y no te detengas a pensar en consecuencias presupuestarias.

El hambre tiene un efecto ligeramente diferente, psicológicamente, pero también agotará tu billetera. Esto se debe a nuestros instintos ancestrales de supervivencia que nos hacen buscar cosas que aplaquen nuestros estímulos al sentirnos hambrientos. Un estudio de 2015 de la Universidad de Michigan descubrió que, si bien el hambre es la señal de nuestro cuerpo para encontrar y consumir nutrientes, el estímulo se extiende también a los elementos no alimentarios. El estudio analizó a los compradores en una tienda por departamentos y descubrió que los que tenían más hambre gastaban un 60 % más que los clientes que no tenían hambre.

2. Estás triste o enojado.

Los estudios han encontrado que cuando estamos en un estado de confusión emocional, comprar cosas puede, a corto plazo, restaurar nuestra sensación de control y hacernos sentir felices. La frase clave allí es "a corto plazo". Si se dedica demasiado a las compras, la factura de la tarjeta de crédito que recibes a fin de mes podría muy bien afectar esos sentimientos positivos.

3. Estás solo.

La adquisición de materiales puede disminuir la soledad con el tiempo. Es por eso que al encontrarnos solos tendemos a salir a dar una vuelta, ver vitrinas, y terminamos comprando cosas que no necesitamos. También debemos tener cuidado con el "bucle de soledad" en el que el materialismo y la soledad crean un ciclo que se refuerza a sí mismo. “Valorar las posesiones materiales como una medida del éxito y como una medicina para la felicidad puede provocar aumento en la soledad a lo largo del tiempo, y la soledad, a su vez, se asocia con aumentos en estos subtipos de materialismo”.

4. Sientes que “te lo mereces”.

Sí, es la era de "darte un capricho", pero si se "da el capricho" demasiado, tu billetera no será tan feliz. Si tiendes a darte un capricho con una recompensa (una bebida, un masaje, una prenda costosa, etc.) después de una larga semana de trabajo o de la finalización de cada proyecto difícil, el precio de estos obsequios aumentará rápidamente.

5. Piensas que la oferta es “¡demasiado buena para resistirse!”

Ventas que gritan "¡compre uno, llévese otro gratis!" o "¡50 % de descuento solo por tiempo limitado!" nos hacen sentir que debemos aprovechar estas oportunidades ya que pensamos que después no se darán. Pero una oferta es sólo una oferta si planeas comprarlo de todos modos. Si no has usado las últimas cinco cosas que compraste en ventas de liquidación, podría ser una señal de que solo estabas comprando por la emoción del juego.

6. Quiere mantenerse al día con los gustos de las personas que conoces.

Es la versión adulta de la presión de grupo: todos tus amigos o vecinos tienen algo, así que tú también quieres eso. La pregunta es, ¿realmente lo necesitas? La mejor pregunta es, ¿realmente puedes permitírtelo? Como dicen muchos expertos en finanzas personales, lo que las apariencias no te muestran es que a lo mejor están endeudados debido a su estilo de vida.

7. No puedes resistirte a la "euforia del comprador".

Es como la euforia del corredor, pero con una tarjeta de crédito. Un estudio de 2005 encontró que cuando alguien va de compras, su cerebro libera dopamina, también conocida como la hormona de la felicidad. Si bien esto ayuda a explicar mejor por qué las compras pueden ayudar a aliviar los sentimientos de tristeza, enojo y soledad, es importante llevar mejor autocontrol de las emociones sobre todo cuando afectan tus finanzas.

8. Recibiste un aumento de sueldo o una repentina afluencia de efectivo.

Es un impulso natural: un aumento o un reembolso de repente hace que tu presupuesto sea mucho menos ajustado, por lo que derrochas en unas vacaciones, mejoras tu auto o apartamento o comienzas a salir a comer mucho más. Evítalo ahorrando tus aumentos o dirigiendo el dinero a una meta financiera. ¿No estás seguro de cómo asignar mejor tu dinero extra? Busca la ayuda de un asesor financiero que te guiará para que puedas invertir mejor tu dinero.

9. Quieres una solución rápida.

Ahorrar tiempo y esfuerzo casi siempre te costará dinero. El ejemplo más claro aquí es la comida: se ahorra dinero comprando comestibles y cocinando en casa en lugar de comer fuera todas las noches, pero la compensación de tiempo/dinero también existe en otros lugares. El envío urgente, por ejemplo, cuesta más que el estándar; contratar a alguien para que limpie tu casa sin duda te costará más de lo que te costaría si la limpiaras tú mismo. Por supuesto, a veces vale la pena ahorrar tiempo y pagar para que te hagan algo. La clave es saber cuándo realmente vale la pena hacerlo.

Ahora bien, ¿Cómo puedes saber con certeza cuáles son tus factores desencadenantes de gastos? Si ninguno de los escenarios anteriores te hizo murmurar, échale un vistazo a tus últimas compras del mes, especialmente las no planificadas. Trata de recordar cómo te sentías en ese momento. Las emociones nos pueden llevar a gastar de más y a arrepentirnos más adelante de las decisiones que hemos tomado. ¿Cómo evitar caer en estos escenarios antes descritos? Lo mejor es siempre manejar un presupuesto y tomar decisiones sin estar bajo un descontrol emocional.

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